lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Amor de Dios=perdon incondiconal porque no debemos juzgar?

Últimamente he recibido no pocas criticas, por la manera en que escribo y hablo, me han llamado falto de amor, radical, fanático, orgulloso, soberbio, etc., etc., aunque con toda honestidad, debo decir que ya estoy acostumbrado, me ha impresionado sin embargo, y al mismo tiempo me da tristeza, que muchas de las criticas provienen de gente que se dice cristiana y otras mas de ministros que se supone son maduros y con un profundo conocimiento de la Palabra de Dios.

Aunque debo confesar que en un principio empezaba a sentirme frustrado, ya he superado esa etapa gracias a Dios, además que debo mencionar que he recibido también algunas palabras de animo de un puñado de hermanos que han sido bendecidos y confió en que muchos otros también están siendo bendecidos por la palabra de Dios. Como dije en uno de los artículos anteriores, nuestra única fuente de autoridad es la Palabra de Dios, la Biblia; cualquier cosa que se diga o escriba que no este de acuerdo con ella, debe ser rechazado inmediatamente.

La mayoría de las veces el argumento mejor usado es: el amor de Dios y su perdón, sin olvidar el típico “no juzguéis para que no seáis juzgados”.

Definitivamente me he dado cuenta que la mayoría de los cristianos y muchos ministros tienen una falsa idea de estos conceptos bíblicos, las definiciones del amor de Dios y de su perdón que nos han sido enseñadas han sido erróneas, o al menos las hemos entendido erróneamente, ni que decir de la interpretación que se ha manejado siempre sobre los pasajes que nos hablan sobre juzgar.

Así que, con esto en mente, quisiera compartir con ustedes, que es lo que nos dice la Biblia al respecto, como siempre les recuerdo que al final de este artículo hay un espacio para cometarios, los cuales, todos, son bienvenidos.

El amor de Dios en la Biblia, es una doctrina sagrada, creo en ella, y la comparto con otros, pues viene directamente del corazón de Dios, la Biblia nos dice que, Dios es amor. Pero lo que se enseña hoy en día en la Iglesia (hablo en general), es muy distinto, a lo que nos enseña la Biblia.

Cuando algún miembro de la Iglesia cae en pecado y mas si este tiene algún tipo de participación, o es diacono, alguien con influencia, y ni que decir si es alguien que contribuye económicamente en una manera fuerte, el pastor automáticamente se pone en pie y comienza a predicar del amor de Dios, dando la impresión de que todos deben de tener amor y callar en cuanto al pecado. Por supuesto, ni para que mencionar si la persona en pecado es alguien de su familia directa, “hay que tener amor y paciencia”, pero ni una palabra se escucha en cuanto a la pena del pecado o la disciplina que se debe aplicar para quitar la levadura de la masa, 1Corintios 5:11-13, “…Si alguno llamándose hermano fuere fornicario, o avaro, o idolatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón, con el tal ni aun comáis…quitad pues a ese perverso de entre vosotros.” Este pasaje es ignorado olímpicamente en tales casos.

Es increíble que un líder o pastor pida que se perdone a alguien incondicionalmente, en nombre del amor de Dios, cuando esto, no es lo que la Biblia nos enseña. Veamos:

Efesios 4:32, “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo.”

Colosenses 3:13, “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdono, así también hacedlo vosotros.”

Si ponemos atención a los pasajes, podemos notar en la parte que esta subrayada, que esas frases nos están sugiriendo una condicionante, “como Dios”, “de la manera que Cristo”. Debe haber una semejanza real entre el perdón divino y el perdón cristiano.

¿Nos perdona Dios incondicionalmente sin que haya arrepentimiento de por medio? NO

La Palabra de Dios nos dice en Hechos 5:31, “A este, Dios a exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.”

Lucas 13:3 dice, “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.”

Hechos 3:19 dice, “así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados…”

Spurgeon lo explico de la siguiente manera, dijo: El arrepentimiento debe ser compañero del perdón, y verás que así es, pensando un poco sobre el caso. No es posible que se conceda el perdón a un pecador impenitente. Tal cosa le confirmaría en sus malos caminos y le haría pensar poco en la culpa del pecado. Si el Señor dijera: “Tú amas al pecado, vives en él y vas de mal en peor, pero no importa yo te perdono”, esto equivaldría a la proclamación de una infame libertad de pecar.

Equivaldría a socavar los fundamentos de todo orden social, resultando de ello la anarquía moral. No podría yo explicar los escándalos innumerables que resultarían indefectiblemente, si se pudieran separar el arrepentimiento y el perdón remitiéndose el pecado mientras que el pecador lo amara como siempre. Es del todo natural que si creemos en la santidad de Dios, es positivo que si continuamos en el pecado no queriendo arrepentirnos del mismo, no podemos esperar que Dios nos perdone, pero, sí, que recogeremos las consecuencias de nuestra terquedad.

Según la bondad infinita de Dios se nos promete que, si abandonamos nuestro pecado confesándolo, aceptando por fe la gracia que está en Cristo Jesús, Dios “es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad”. Pero mientras tanto que Dios viva, no puede haber promesa de misericordia para los que continúan en sus malos caminos negándose a reconocer sus transgresiones.

Ciertamente no hay rebelde que pueda esperar que su rey le perdone mientras que prosiga en rebeldía manifiesta. Nadie puede ser tan loco que se imagine que el Juez de toda la tierra borre nuestros pecados, si rehusamos arrepentirnos y confesarlos nosotros mismos.

Muchos cristianos creen que perdonar incondicionalmente los hace parecerse mas a Cristo, pero ellos no se dan cuenta de que con su inmadurez pueden causar daño a otras personas o a una congregación en general.

El perdón incondicional que ofrecen en nombre del amor de Dios suele ser muy destructor y por lo general causa daños irreparables. Si en una iglesia un hermano ha ofendido, o causado mal a otros hermanos o ha cometido pecado en su vida personal, y los lideres o el pastor de la iglesia no toman medidas buscando el arrepentimiento del ofensor, el cual deberá manifestarse como dice la palabra, en frutos dignos de arrepentimiento, y simplemente lo dejan seguir congregándose, y si ocupaba alguna posición ministerial que la sigua ejerciendo. Al tiempo la persona volverá a cometer la misma ofensa o a violar la moral bíblica (sea cual fuere el caso) y nuevamente por conservar la paz (temor en realidad) o expresar “el amor de Cristo” no se toma para la persona ninguna medida disciplinaria, sino nuevamente, se le perdonara incondicionalmente. ¿no es acaso eso fomentar el pecado? ¿Acaso la falta de corrección apropiada, no será la causante de que una persona continué en su conducta nociva? ¿No se convierten los perdonadores amorosos, en cómplices del pecado?

Esta actitud pasiva en los líderes y pastores, en lugar de ser un acto de amor, es en realidad una violación de los principios del amor de Dios claramente expresado en la Biblia.

La enseñanza del amor de Dios en la Biblia no pasa por alto el pecado, tampoco da cabida para que alguien se salga con la suya y siga en pecado, o simplemente se ignore dicho pecado y ya.

A muchos he escuchado últimamente decir, “es que si le decimos a la gente que no están caminando de acuerdo a lo que Dios manda en su Palabra, se pueden sentir condenados y se pueden ir de la iglesia” pero permítanme decirles algo, si no se le va a decir a la gente que el juicio de Dios va a venir sobre ellos si no se arrepienten de sus pecados, entonces ¿para que se les habla del amor de Dios?

¿Porque les da tanto miedo a los pastores y lideres de las iglesias predicar sobre el pecado y el juicio que Dios traerá sobre aquellos que no se arrepientan? Pablo le dijo a Timoteo, “A los que pecaren, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman” (1aTimoteo 5:20), a Tito le dijo: “repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe” (Tito 1:13).

¿Qué ha pasado en este tiempo? ¿Cambio Dios? ¿Cambio el Espíritu Santo que nos traía convicciones en cuanto al pecado? ¡NO! Dios sigue siendo el mismo y Su Palabra no ha cambiado en absoluto.

¿Quién es el culpable de todos los pecados que se comenten en la Iglesia (hablo en general) por los llamados cristianos? ¿Quién esta pasando por alto estas cosas, y permitiendo que estas personas sigan asistiendo a la iglesia y que incluso muchos de ellos sigan en posiciones de responsabilidad en la iglesia?, ¿El diablo?, ¿No son los pastores, que ya no pronuncian palabra en contra del pecado? Isaías 56:10 dice, “Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir.”

Ezequiel 34:1-22; ¿Son ya los pastores mas sabios que Dios? Por eso no quieren exponer el pecado ni quieren disciplinar a los miembros? O es acaso que lo único que les interesa es que no se vayan a ir de la iglesia, y dejen de recibir los diezmos y las ofrendas, en lugar de confiar en Dios para la provisión de todo lo necesario?
¿O es que los pastores y líderes no saben como gobernar sus casas en el temor y la amonestación del Señor, y sufren de la plaga por falta de convicción de la Palabra de Dios para poder sujetar a sus esposas e hijos a los mandatos de Dios? ¿Y por no querer o no poder poner orden en su familia, no pueden predicar en contra de los pecados de los miembros de la iglesia? y mejor jugamos a la iglesita, reunimos los diezmos y las ofrendas y nos acomodamos para vivir del evangelio, prometiendo al “pueblo de Dios” que iran al cielo, sabiendo que están mintiendo, pues Dios ha dicho claramente que son enemigos de El, porque “la amistad con el mundo es enemistad contra El” Santiago 4:4.

¿Dónde están los profetas verdaderos de Dios que con toda firmeza estarán de pie para reprender el pecado y limpiar la casa de Dios de todas las abominaciones que en ella se cometen hoy día?
La casa de Dios ha de ser llamada Casa de Oración para todas las naciones, pero hoy en día esta convertida en una pasarela de modas, y en un sitio para exhibir los pecados de “Sodoma y Gomorra”, desafiando de esta manera a Dios en Su propia casa, quien ha dicho: “…La santidad conviene a tu casa, oh Jehová, por los siglos y para siempre.” (Salmos 93:5b).

¡Dios enfrento a David con su pecado! Pero hoy en día nos dicen que usemos de sabiduría y no digamos nada… pero Dios dice en Su Palabra… amonesta… reprende… apártate.

Jesús hablo al pueblo muy claramente de sus pecados, y no dejo cobija para sus pecados, Juan 15:22, “Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.”

El apóstol Pablo no anduvo dándole la vuelta en su predicación al pecado, ni menciono al pecado en general, antes lo definió, y hablo de el por su nombre correcto y explico claramente como esos pecados serian castigados por Dios y siempre termino diciendo: “Los que hacen tales cosas no heredaran el reino de Dios.” (Efesios 5; Galatas 5; Judas; 2Juan 9).

Todo líder o pastor que no predica la santidad y la justicia de Dios, no es de Dios, y la verdad es que el mismo no esta viviendo en santidad. No importa cuanto lo busquen para predicar, o cuantas personas tenga como seguidoras, o cuanta emoción pueda presentar, ni las maravillas y milagros que haga en el nombre de Jesús (Mateo 7:22,23).

Regresemos a la Palabra de Dios tal y como esta, sin agregarle ni quitarle; prediquemos lo que dice Dios en estos últimos días que nos quedan antes de la venida de Cristo.

Y como ya se que muchos que leyeron hasta aquí estarán pensando seguramente, en escribirme: La Biblia dice en Mateo 7:1, “No juzguéis para que no seáis juzgados”

Me gustaría por cierto preguntarles, ¿se sienten juzgados por mi? o ¿es la Palabra de Dios quien les esta juzgando?

¿Prohíben las palabras de Jesús del texto anterior juzgar a los falsos maestros o las vidas inmorales de la gente?

Pues que creen, que NO, la Biblia no prohíbe juzgar.

Lo que la Palabra de Dios nos prohíbe es juzgar hipócritamente (Mateo 7:1-5; 23:1-3). Si seguimos leyendo los versículos a continuación, veremos que Cristo se refirió a aquellos que condenando ciertos pecados eran culpables de cometerlos ellos también.

La Palabra de Dios nos prohíbe juzgar injustamente (Juan 7:24), es decir, no debemos juzgar superficialmente, sin conocer suficientes datos y evidencia.

La Palabra de Dios nos prohíbe juzgar presuntuosamente, es decir, juzgar la espiritualidad, madurez o inmadurez de otros creyentes. Por ejemplo, si algún creyente ha decidido no comer carne de cerdo, o no celebrar los cumpleaños.

¿Cuándo es correcto juzgar?

juzgar entre la verdad y el error, entre lo malo y lo bueno, entre la sana y la falsa doctrina- 1aTesalonicenses 5:21 (examinadlo todo), Hechos 17:11 (los de Berea); 2aPedro 2:1; 1aJuan 4:1,2; Judas 17. Basados en el hecho de que es correcto juzgar entre lo malo y lo bueno, el discernimiento y la revelación que Dios nos ha dado nos permite llegar a una conclusión bastante precisa.

Es correcto juzgar a pecadores no arrepentidos dentro de la iglesia- Mateo 18:15-18; 1aCorintios 5:9-13.

Es correcto juzgar a falsos maestros de falsas versiones del cristianismo- Romanos 16:17; Galatas 1:6-9; 2aTimoteo 3:16, 4:14; Tito 3:10,11.

Es correcto juzgar falsos profetas- Deuteronomio 13:1-5, 18:20-22.

Es correcto juzgar a quienes viven una vida de pecado y denunciar el error por si así se arrepienten- Romanos 1:29-32; 1aCorintios 6:9-11; Efesios 5:11; 1aJuan 2:4.

¿No debemos juzgar los cristianos el destino eterno de una persona?

Si se supone que no podemos juzgar con cierto grado de certidumbre (solo Dios conoce al 100%) si una persona es salva o no, nadie podría ser bautizado, o hacerse miembro de una iglesia evangélica, o ser ordenado para el ministerio en la iglesia.

El apóstol Pablo dijo que no nos dejáramos engañar por cierta gente, si son paganos o falsos maestros, debemos decirlo.

Y lo que me ha causado más criticas últimamente, es decir: que si alguien reclama ser cristiano pero no obedece la ley de Dios, es muy probable que el tal no sea salvo. Pero el mismo Juan nos dice en 1aJuan 2:4, “El que dice: yo le conozco, y no guarda sus mandamientos el tal es mentiroso, y la verdad no esta en el.” Pueden leer también 1aCorintios 6:9-11 y Galatas 5:19-21.

Así que lo más amoroso que podemos hacer es juzgar a la gente de acuerdo con el criterio bíblico.

Dios les bendiga