¿Estas tu preocupado por la necesidad espiritual de tu iglesia? ¿Estas buscando medios modernos para hacer las reuniones de tu congregación mas interesantes? ¡Torna tu mirada hacia la cruz! Allí veras el único medio que Dios ha provisto para atraer al mundo a El.
Por Harold Horton
Publicado en “Voz en el desierto, 15 de abril de 1965”
“No te plantaras bosque de ningún árbol cerca del altar de Jehová tu Dios”, es el mandamiento divino (Dt. 16:21).
Los altares antiguos de Israel eran una figura de la cruz de Cristo. Los paganos también tenían sus altares, pero aquellos eran una corrupción del verdadero altar.
Hoy día, los modernistas niegan la eficacia del sacrificio del Señor, diciendo que nuestro evangelio de la Sangre esta inspirado por los antiguos sacrificios y altares paganos. Al contrario, los sacrificios paganos son corrupciones, o conciente o inconsciente de los sacrificios auténticos de la Escritura. Porque no les parecía el espectáculo repugnante de los altares empapados de sangre, ellos plantaron bosques a su alrededor para moderar su severidad, escondiendo su crudeza con árboles floridos y arbustos fragantes.
Dios había prohibido que haya bosques u otro adorno cerca de Su altar.
LA CRUZ EN TODA SU SEVERIDAD
Debemos recordar continuamente que la cruz es una cosa horrorosa, no un espectáculo para entretener. La cruz no es una cosa artística, sino algo terrible y repulsiva. Hay los que dicen que la cruz de Cristo es vulgar, y estamos de acuerdo. La cruz es el objeto más vulgar de toda la historia del mundo, pero, ¿Cuál es su vulgaridad? No es del dulce Hijo de Dios, quien dio Su sangre para lavarnos de nuestros pecados. NO. La vulgaridad de la cruz pertenece a los que clavaron a Jesús en ella, a los que blasfemando niegan la necesidad del sacrificio redentor, a los que tratan livianamente al pecado.
Porque el altar de los tiempos antiguos era una cosa horrenda y repulsiva, los hombres plantaron bosque alrededor de el. Dios prohíbe tal suceso. El nos ha mandado que presentemos al mundo y a la Iglesia el esplendor desnudo de la cruz y la gloria sangrienta de ella, sin otro objeto de atracción. El sacrificio del Señor debe ser la única atracción. Es un error enorme tratar de atraer a la gente a nuestros servicios con programas y entretenimientos superficiales. El Espíritu Santo honrara a la fe y la proclamación sencilla de la verdad de la salvación por la sangre redentora, sin adición alguna.
En Éxodo 34:13 Dios dio mandamiento de destruir los bosques del enemigo. “Y talareis sus bosques”, dijo El. A pesar de las exhortaciones divinas, leemos en Jueces 3:7, “los hijos de Israel hicieron lo malo en ojos de Jehová, y olvidados de Jehová su Dios, sirvieron a loa baales y a los ídolos de los bosques”. El pueblo de Israel muy pronto perdió la visión celestial y corrompió el modelo que Dios les había dejado.
El Apóstol Pablo amonesto a los Corintios sobre lo mismo, cuando les decía “mas temo que como la serpiente engaños a Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo”. (2Cor. 11:3).
No debe haber bosques; en otras palabras, no debe haber nada que trate de hermosear o suavizar la severidad de la cruz. Es imperativo que proclamemos con toda verdad lo que Dios nos ha entregado. Lo más que nos acerquemos a la gloria esplendida de la cruz desnuda, mas nos rodeara del Señor. Dios bendice la predicación de ella, la gente es tocada al escuchar el mensaje de ella; y los pecadores son conmovidos por la simplicidad del evangelio sin adorno. Ninguna hermosura natural o terrenal debe suavizar la severidad y tragedia de la muerte redentora del Señor.
En Óseas 4:13 leemos: “sobre las cabezas de los montes sacrificaron, debajo de encinas y álamos y olmos que tuviesen buena sombra”. Aquí tenemos la razón por tal modo de sacrificar: La sombra era buena. La luz trae convicción. Cristo mismo dijo: “esta es la condenación, porque la luz vino al mundo, pero los hombres amaron mas las tinieblas; todo aquel que hace lo malo aborrece la luz y no viene a la luz, porque sus obras no sean redargüidas”. (Jn. 3:19-20).
Tratar de hacer fácil para el pecador el camino hacia la cruz, de moderar la declaración sencilla de la plena verdad del evangelio y de disminuir la severidad de la Palabra para hacer menos la responsabilidad propia en cuanto a la santificación - todo esto es abominación a Jehová – Lo que Dios requiere no es la sombra, sino la verdad sin adornos, para que la cruz gloriosa sea iluminada, como también la impureza asquerosa del pecador. No debe haber bosques, lo único que debe ser visto es el resplandor desnudo de la cruz.
LA CRUZ SIN ADULTERACION
Achaz, un rey malvado, vio en Damasco un altar lujoso, y dio instrucciones al sacerdote Urías para que hiciese un altar similar. Entonces el quito el altar cubierto de sangre de su sitio designado en el templo y puso en su lugar la copia del miserable altar de Damasco.
“Y encendió su holocausto, y su presente, y derramo sus libaciones, y esparció la sangre de sus pacíficos junto al altar” (2R. 16:13).
Achaz creía en el sacrificio de sangre, el sabia que no hay remisión de pecado sin sangre (Heb. 9:22); sin embargo, aunque haya sangre, no hay provecho alguno si no es derramada conforme al modelo divino. Tenemos comunión los unos con los otros cuando andamos en la luz, y entonces es cuando la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado (1Jn. 1:7). Achaz andaba en la oscuridad, donde la sangre no aprovecha. El dijo “El altar de bronce será mío para preguntar en el” (2R. 16:15). Achaz no se atrevió a quitar el altar de bronce de una vez, pero lo puso en un lugar secundario en el templo. Hoy día la cruz a sido relegada a un lugar secundario en muchas iglesias, con nuestros preliminares atractivos que quitan la austeridad del sacrificio divino. La cruz no puede ser usada como un talismán supersticioso, un encanto que nos trae buena fortuna. Pensar que un crucifijo de oro colgado en el cuello nos guarda de peligro es una falsedad terrible. ¡IMPOSIBLE ES! No hay seguridad en emblemas llamados sagrados. Grande era la maldad del rey Achaz y el sacerdote Urías, cuando hicieron del altar sagrado un lugar de adivinación.
Las diversiones y entretenimientos no deben ser empleados para atraer a la gente, porque no hay un camino perfumado hacia la cruz. Ninguna flor, ningún jardín debe estar alrededor de ella. La cruz no es un espectáculo para divertirse; la soledad cruda representada en ella es su atracción.
No hubo multitudes en la escena del Calvario, ¡solo Jesús y el pecado! Tengamos cuidado de la predicación de una salvación suave y fácil. ¡NO LA HAY!
En (2R. 23) encontramos la historia del rey Josias, quien destruyo todos los adornos impíos colocados en los altares. Esta escrito que el “derribo las casas de los sodomitas que estaban en la casa de Jehová, en las cuales tejían las mujeres pabellones para el bosque” (2R. 23:7). ¡Que maldad tan terrible! Hubo sodomitas en la mera casa de Dios, aquellos que practicaban uno de los pecados sexuales más abominables. Iniquidad indecible siempre sigue en pos de los que se apartan del modelo divino. No podemos apartarnos ni un paso del diseño de Dios, o nos encontraremos en la misma condición de aquellos.
Josias no solamente destruyo los burdos adornos, sino que también destruyo todos los adornos hermosos, aquellas cosas que tenían apariencia de inocentes, aun atractivas y serviciales. El destruyo los lugares donde las mujeres tejían los pabellones para los bosques. Ellas indudablemente le preguntaron: ¿Qué de malo hay en estas decoraciones? Mira, ¡cuan hermosas son! Tengamos cuidado de la miel de sentimientos dulces y adornos exteriores.
La Escritura dice: “Y quebró las estatuas, y talo los bosques, e hinchió el lugar de ellos de huesos de hombre” (2R. 23:14). Josias relego todas aquellas prácticas inicuas a la muerte y todo lo que es impío debe tener el mismo fin.
“No te plantaras bosque” fue escrito. En una ocasión algunas personas me preguntaron: “¿Por qué no da usted unas conferencias sobre las obras clásicas? Así se podría introducir a los servicios a otra clase de gente”. ¡Exactamente! Platón, Sócrates, Aristóteles – todos pecadores! No los necesitamos, ya hemos encontrado a nuestro clásico, el Salvador eterno, y estamos encantados con Su presencia y mensaje sin adornos mundanos.
LA CRUZ SIN ADICIONES
No puede haber adiciones de ninguna clase para ayudar en la obra de la cruz. Lo mejor del mundo añadido a la cruz la contamina. ¡ningún bosque, ningún jardín! Pero tu preguntaras, ¿Qué tiene de malo un jardín? Es cierto, un jardín es hermoso, pero su lugar, jamás puede ser mezclado con la cruz. Lo mejor del mundo no tiene ningún merito en el cielo, y no puede levantarnos ni una sola pulgada del nivel terrenal. Las flores, la poesía, la oratoria, la música, el estudio de la naturaleza, todos ellos son cosas muy hermosas, pero no pueden levantar el alma mas arriba de la tierra.
Jesús no necesitaba, ni pide la ayuda de otra persona o fuerza extraña junto a El para atraer a los hombres y mujeres hacia el, y llenarles de Su bendición. El dijo “Y yo, si fuere levantado, a todos atraeré a mi mismo” (Jn. 12:32).
El tema de nuestra predicación debe ser una persona, no un sistema o una doctrina, sino un Salvador; no un movimiento, sino un Maestro; no un credo, sino a Cristo. Lo que debemos considerar es, no cual cosa, sino Quien es el que traerá a los hombres hacia Dios. Notemos también que los hombres y mujeres serán atraídos al Señor, no a un edificio, no a un movimiento, no a una asamblea, sino a El. Hermanos ¿Cuál es nuestro motivo verdadero en la obra del Señor? ¿estamos buscando únicamente números, ofrendas y éxitos personales?
Dios demanda sacrificio y sangre, sin otras atracciones. La salvación es la obra pura de Dios; El es el centro y la circunferencia de ella. ¿Quiénes somos nosotros para añadir una jota o tilde al plan maravilloso y divino de la salvación por el sacrificio de Cristo? Recordamos que el altar que fue edificado después del Sinai fue hecho de barro o de piedras no tocadas por herramienta humana.
Todo toque humano contamina la obra de la cruz. Cuando Dios libro a Su pueblo de Egipto, el paso por alto las casas que tenían la sangre derramada en sus puertas. Las casas sin sangre estaban bajo maldición. Hubo, o maldición o salvación; no hubo ninguna obra intermedia, aun el medio que usaban para rociar la sangre sobre la puerta, el hisopo, era de Dios, no usaron brochas ni ninguna otra cosa hecha por manos humanas.
Así es, no puede haber ninguna adición humana al plan eterno de Dios.
La cruz es el único medio para salvar, atraer y santificar. La cruz no necesita la ayuda de la música, la recreación, la obra social, el rito o el entretenimiento; ningún bosque, ¡es el mandamiento!
LA CRUZ SIN MEDIOS CARNALES
Dios dijo: “No te plantaras bosque cerca del altar de tu Dios…ni te levantaras estatua; lo cual aborrece Jehová tu Dios” (Dt. 16:21-22).
Dios es un Dios celoso (Ex. 34:13,14). El demanda que la atención sea dirigida a Cristo únicamente. No debe haber ningún desviadero del asunto principal, ningún substituto para la salvación y la santificación. Tenemos que excluir las cosas que en si parecen inocentes y provechosas. Hay muchas cosas que parecen buenas, sin embargo son peligrosas a la verdadera obra de Dios en el creyente, y en realidad son bosques prohibidos.
La Escritura revela claramente la voluntad de Dios para la congregación de Su pueblo. “Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros… para que oigan y aprendan y teman a Jehová vuestro Dios” (Dt. 31:12-13). Dios ha ordenado que toda la familia este junta en el servicio. Hoy día hay que tener reuniones especiales para la juventud, para los caballeros, para las mujeres. La verdad es que tratamos de darle a la gente lo que la gente desea, en lugar de darles lo que Dios quiere darles. Por la misma razón, no se aprende mucho y no hay temor de Dios en Su pueblo.
Hay muchas derivaciones del plan divino; hay muchos ídolos en nuestros sistemas. La graduación de un seminario no es una unción. El certificado no es ninguna credencial de salvación, la vestidura talar no puede obrar ningún milagro ni salvar ninguna alma. El ceremonialismo opaca la gloria del altar. Oh, ¡que cortásemos todo árbol y presentásemos la cruz del calvario con la sangre santa de Cristo Jesús, bajo la cual debemos adorar reverente y espiritualmente!
El mandato divino es: “No sacrificaras a tu Dios buey, o cordero, en el cual haya falta o alguna cosa mala; porque es abominación a Jehová tu Dios” (Dt. 17:1). La norma de Dios es una norma perfecta. Cristo es el sacrificio perfecto y Dios no acepta ninguna otra cosa en su lugar. Todo lo demás tiene su mancha, menos Jesús. Hemos reducido lo santo a lo humano, de tal manera que el esplendor de la cruz desnuda ha sido borrado.
En una ocasión Dios no acepto el sacrificio sobre el altar, porque fue acompañado de sentimientos humanos (Mal. 2:13).
El Calvario no es sentimentalismo, no es una escena dramática de un drama teatral; el calvarios es verdad, pura lógica y realismo ardiente. Dios dijo que no debían poner miel en sus ofrendas, lo que es dulce no es sacrificio, sino indulgencia, como es también el sacrificio de las cosas que no nos gustan. Lo que debemos sacrificar son las cosas mas preferidas de nuestras vidas materiales.
Las mujeres que siguieron a Cristo cuando el llevaba la cruz al Calvario lloraban, pero el Señor les dijo “llorad por vosotras mismas”. El no quería que llorasen por los sufrimientos de El, sino por si mismas, por los pecados que estaban ocasionando Su sacrificio. No debe haber lágrimas sobre un crucifijo, sino sobre un sacrificio. No hay una avenida de dulce música hacia la cruz. Brillantez no es bendición, y gusto no es unción. La música de corazones unidos es lo que Dios busca, y cantar en el espíritu es la verdadera música (1Cor. 14:15). La música no es lo que debe emocionarnos, sino Jesús y Su sacrificio por nosotros. Todo sentimiento, mundanalidad, rito, decoración, corrupción e imitación que trata de adornar y hermosear la cruz, debe ser destruido totalmente. Cuidémonos en cuanto a la ayuda carnal. (Ez. 44:5). Es importante lo que predicamos a la gente que tenemos en el santuario, pero es de igual importancia la manera en que la gente entra a nuestros santuarios. Si la apelación es el entretenimiento, será mejor que no entrasen; la única apelación legitima es la cruz misma. Reuniones sociales, un lugar en el coro, juegos para niños o para adultos, son medios de atracción desagradables a Dios.
La norma divina de la cruz no debe ser bajada nunca para agradar a la carne humana. Si se hubiese ofrecido café y pan en abundancia al hijo prodigo, se hubiera quedado el con los puercos; era la escasez del alimento lo que le forzó a regresar a su hogar. La salvación no consiste en pan y café, sino en el arrepentimiento, el bautismo en el Espíritu Santo y la inmersión en el agua (Hec. 2:38) ¿estamos predicando esto?
Los servicios adornados con orquestas son bosques agradables que disfrazan la gloria pura del Calvario. Esta bien solos y dúos, si los pensamos necesarios, pero no debe ser un programa musical lo que debe atraer a la gente a la iglesia. Las fiestas religiosas son una ofensa al alma, cenas, ventas y rifas igualmente. Los bosques intrigan y por esta misma razón no son buenos. No hay ningún mal en la fiesta patria, pero su lugar no esta en la Iglesia del Señor. La organización de paseos y fiestas no esta incluido en el ministerio de la Iglesia, su ministerio único consiste en la edificación del cuerpo de Cristo Jesús (Ef. 4:11-13). Dios ha dicho que no se debe plantar bosque de ningún árbol de ninguna clase cerca de su altar.
Los nueve dones sobrenaturales del Espíritu Santo son las decoraciones designadas por Dios para el encarecimiento de la gloria de la cruz y son las únicas permitidas por El. Ellos no adulan al pecador ni consienten a los alejados de Dios. ¡Que Dios nos ayude a promover la siembra de los bosques espirituales, las señales sobrenaturales que deben acompañar el mensaje de la cruz!
LA POTENCIA DE LA SANGRE REDENTORA LA UNICA ATRACCION
En una ocasión presencie una discusión entre los hermanos de cierta congregación. Su tema era, “¿Cómo podríamos hacer nuestras reuniones interesantes?” Debo confesarles que yo sentí nauseas al oír tales palabras, pues era un insulto a Dios y Su potencia, una confesión de fracaso vergonzoso.
¿Hemos bajado del nivel divino hasta tal grado, que ahora la Cruz, la Sangre, el Fuego Celestial, la Potencia Divina, el Aposento Alto, el Espíritu Santo no son interesantes en si mismos?!Interesante! ¡Que barbaridad! La cruz es peligrosa, te librara o te condenara; la sangre es poderosa, te purificara o te manchara; el Fuego es terrible, te inflamara o te quemara; la Potencia Divina es sagrada, te resucitara o te matara; el Aposento Alto te hará sudar o te inundara, te encantara o te espantara; el Espíritu Santo te saciara o te esparcirá. Tratar de hacer interesantes la reuniones de Señor es como tocar el Arca, lo cual, cuando Uzza lo hizo, ¡murió! (1Cro. 13:9-10).
¡Nada de bosques, nada de entretenimientos, de eventos musicales, de novedades! Lo único que Dios permite sobre el altar es Sangre y Fuego.
En el tiempo de Cristo, los religiosos también trataron de hacer mas interesante su religión, introduciendo en el atrio del templo los necios mundanos. Ellos hicieron un mercado del santuario, metiendo allí sus bueyes, ovejas, palomitas y monedas, disfrazando sus ventas carnales con la apariencia religiosa.
En Mateo 21:12 leemos: “Y entro Jesús en el templo de Dios, y echo fuera todos los que vendían y compraban en el templo, y trastorno las mesas de los que vendían palomas”.
En cuanto a ventas, en si no hay nada de malo, pero las ventas pertenecen al mercado, no al templo. ¿Qué de malo hay en los bueyes y los machos cabrios? ¿No fueron estos animales especificados para los sacrificios levíticos? Pues si, pero fueron introducidos en el atrio del templo para la conveniencia de los que sacrificaron, para hacer fácil la manera de ofrendar.
¿Qué de malo hay en las palomitas, animales tan inocentes, tipo de lo malo sin engaño? En si, no hay nada de malo, pero el templo no es su lugar, y por eso Jesús los echo fuera. Es fácil pretender que las palomitas ayudan al ambiente del servicio, como es fácil engañarnos en cuanto a los pasatiempos y entretenimientos para atraer a la gente al cristianismo.
Jesús tiro todo aquello, y cuando todo había sido echado fuera, esta escrito: “entonces vinieron a El ciegos y cojos en el templo y los sano” (Mt. 21:14). ¡Esta es la manera de hacer nuestras reuniones interesantes y emocionantes! Hermano, hay que escoger entre las palomitas y los milagros; no es posibles agradar a la carne y al mismo tiempo agradar a Dios.
Hoy día la cruz y su sacrificio están escondidos por todo lo carnal y mundano que los rodea. Cuando ponemos el hacha a la raíz de todo bosque con su sombra oscura, toda ayuda carnal, una vez mas las almas se salvaran, los ciegos verán, los sordos oirán, los cojos andarán y los enfermos sanaran. La falta de lo sobrenatural en nuestras reuniones es una desgracia y vergüenza actual. ¡Que Dios obre en nuestros corazones para que estemos dispuestos a cortar todo árbol abominable que estorbe, y revelar otra vez la gloria desnuda de la cruz. ¡Así vendrá el avivamiento!
La segunda venida de nuestro Señor Jesucristo esta cerca. Entre nosotros hay dos clases de creyentes: los que están sirviendo a Dios a medias, y los que están buscandole de todo corazón. Los fervientes se iran con Cristo, pero los tibios aunque hayan orado por la venida del Señor, se quedaran a la tribulación. Dios nos ayude a apresurar el día cuando el evangelio si bosques sea presentado, revelando simplemente el esplendor desnudo de la cruz de Cristo.
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